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Mal servicio del transporte agobia a los Bolivarenses
Jueves, 17 de Marzo de 2011 00:00 Hernán Velazco/Fotos: Livio Quintero
Diario Nueva Prensa
Ciudad Bolívar.- Las notas para muchos inarmónicas de los géneros de moda como el reggaeton, cuyos contenidos infunden vulgares mensajes que desmejoran la música, es el principal símbolo de incomodidad que deben padecer las personas que a diario utilizan los servicios de las unidades de transporte público en la capital regional.
Las quejas de los usuarios y usuarias, giran en torno a la poca educación de choferes y colectores quienes colocan la música a todo volumen, sin importar la molestia que pueden causar a los individuos que ingresan a diario en las autobuses y por puestos que prestan sus servicios en el municipio Heres, en especial en los de la tercera edad o personas que presentan algún tipo de discapacidad.
Muchos son los usuarios de este importe servicio que se quejan por el volumen que le imprimen a la música quienes manejan los autobuses del transporte público o los colectores, pero lo peor es que la gente tiende a no reclamar, pues algunos se creen dueños de las unidades y sólo responden de una forma grosera: “si no te gusta bájate”. Así lo manifestó Mervin Barreto, quien lleva más de 15 años utilizando este servicio y ve como ha desmejorado a medida que pasa el tiempo sin que exista ninguna disposición de algún organismo gubernamental en cambiar esa problemática.
Prepotencia, irrespetuosos e irresponsabilidad al manejar sin precaución, son calificativos que se tienen ganados algunos choferes del transporte público de Ciudad Bolívar, aunque existen también los que se distinguen por su amabilidad, pero la realidad es que son muy pocos, de acuerdo a lo manifestado por algunos usuarios en diversas paradas del centro de la otrora Angostura.
Pésimo servicio
Lourdes Benavides, ama de casa y trabajadora del hospital Ruiz y Páez, debe subirse por lo menos en par de ocasiones al día a un autobús de la ruta La Sabanita. Esta fémina, como muchas otras personas, denunció el pésimo servicio que ofrecen los autobuseros quienes dan muestra de la poca educación y cuando se les reclama que están cometiendo un abuso, se burlan o sencillamente le piden al usuario que se baje de la unidad.
“Hay ocasiones que tienen la música alta y personas mayores le piden que bajen el volumen y estos se hacen los desentendidos o simplemente le piden que se bajen; en realidad el servicio es muy malo”, acotó la declarante.
Por su parte, Nancy Calmeña, usuaria del transporte público, coincidió en que el problema de la anarquía que permanece en algunas de estas unidades ha sido a causa de la falta de atención de las autoridades competentes, quienes deberían imponer reglas que permitan mejorar la atención dada a los pasajeros.
“Los choferes son muy arbitrarios, manejan muy mal y a veces a altas velocidades por que hacen competencia entre ellos. Incluso, en una ocasión casi se lleva por el medio a una señora y yo le dije que lo denunciaría pero se burló, y eso denota la falta de autoridad”, esgrimió.
“Entren que caben cien”
Otra de las situaciones incómodas que deben afrontar constantemente los pasajeros del transporte urbano, no sólo en Ciudad Bolívar sino en otras provincias del estado, es el exceso de pasajeros que se hace evidente en las horas pico, justo cuando las personas necesitan mucho más de este servicio para llegar a sus respectivos hogares o lugar de trabajo.
El señor Pablo Rodríguez, de 79 años, vive esta situación a diario. Expresó que “es intensamente incómodo abordar un autobús, pues los conductores tienden a subir a muchas personas, irrespetando el límite de pasajeros, añadido a la falta de más unidades que acrecientan el problema antes mencionado”.


“Lo peor es que no acatan ninguna recomendación de los usuarios, ellos se creen los dueños absolutos de los autobuses”, subrayó el denunciante. De igual forma dijo que aunque las leyes nacionales dicen que las personas de la tercera edad no deben pagar por el servicio de transporte público, los conductores lo obligan a cancelar como cualquier otra persona.
En ese sentido Pablo Rodríguez peló a la conciencia ciudadana como principal arma para erradicar el problema del pésimo servicio que ofrecen las unidades autobuseras.
“Cuando uno se sube a un autobús público, los estudiantes de liceos comienzan a discutir con los choferes y colectores, lanzando improperios que son escuchados por personas mayores y niños; esa es una grave situación que diariamente debemos afrontar miles de personas que no contamos con un vehículo particular”, dijo.
Añadió que otro problema es que los conductores del transporte urbano no respetan las paradas establecidas y quieren dejar a los pasajeros en cualquier parte, sin tomar en cuenta que existen reglas que se deben cumplir pues están establecidas en el marco jurídico nacional que regula a este sector.
De igual refirió que en oportunidades los usuarios deben esperar hasta una hora en la parada para subirse en una de estas unidades, pues hace falta mayor número de vehículos destinados a prestar este importante servicio.
Del mismo modo la colectividad en general denunció el mal estado de algunas unidades del transporte público, como los por puestos, muchos de éstos no están en condiciones óptimas para ofrecer un buen servicio a la población.
Entre este tipo de unidades entran las mal llamadas “perreras”, que de igual forma siguen prestando sus servicios en el municipio Heres, pese a los esfuerzos reconocidos del Gobierno Regional por sacarlas de circulación.
Cómplices del delito
Otra alarmante denuncia que hicieron varios usuarios de este servicio, pero que por temor a represalias se negaron a dar su identificación, es la de una supuesta complicidad entre grupos delictivos con ayudantes y choferes del transporte público, para atracar a los usuarios dentro de las unidades.
Según lo aportado por varias personas, son testigos de cómo algunos transportistas se unen con los antisociales para atracar y luego repartirse lo robado. Sobre esta situación ya han sido alertados los cuerpos de seguridad competentes y por ello se ha reforzado el nivel de operativos dentro de los autobuses en los últimos días.