jueves, 22 de marzo de 2012

¿LAS POLICIAS ESTAN PREPARADAS?

ESTE HECHO SUCEDIO EN ESTADO ZULIA, VENEZUELA
EL DIA 16/03/2012

TOMADO DEL DIARIO NUEVA PRENSA DE GUAYANA
Hermano de Karen Berendique cuenta cómo ocurrieron los hechos


“Estábamos acá en mi casa, Karen y yo. Mi papá tenía una reunión esa noche y yo estaba tranquilo viendo televisión, él me llamó y me pidió que por favor la llevara a su reencuentro. Le dije: ‘No hay problema’.
Terminé de ver una serie de televisión con Karen y nos fuimos a arreglar. Me puse un short, una franela y unas sandalias. Mi plan era dejarla y volver a casa.
Salimos, me metí por un atajo para ir a Milagro Norte, de verdad la iluminación no era muy buena, y se me atraviesa una camioneta. El hombre se baja apuntando de una vez y me dijo: ‘¡Párate ahí!’.
No fue el modo de operar, ellos (los policías) no tenían ninguna ubicación visible, como conos, luces, ni nada. Simplemente (el funcionario) se atraviesa y me saca el arma.
Mi rango de visión se redujo al arma, por supuesto nos asustamos, pensamos que se trataba de un atraco, de un secuestro y mi reacción fue retroceder. Apenas comencé a retroceder empezaron los disparos de forma salvaje e irracional.
Di la vuelta y siguieron los disparos. Es falso que veníamos en sentido contrario a la vía, que salíamos de un barrio y de una zona de drogas, todo eso es 100% falso.
Se bajó un solo hombre, al menos eso fue lo que yo vi, de inmediato saca la pistola y me apunta. Me salió de frente y a cierta distancia, él no pudo tocar la camioneta, pero la bala sí.
Fue una reacción (el retroceder), está de más decirlo que no era mi intención; pero fue mala práctica de ellos, un mal procedimiento...
Comienzo a retroceder, cuando apenas empezaban las acciones. Tengo entendido que una de las balas también hirió a una persona que estaba en la calle comiendo.
Karen se asustó, lo único que recuerdo es que ella me dijo: ‘¡Hey Fernando, qué es esto, qué está pasando’!. Y ya no la escuché más.
Me di cuenta que estaba herida cuando doy la vuelta que le hablo y no me responde. Decido ‘orillarme’ por mucho que sentía los disparos y las detonaciones atrás, porque los cicpc nos dispararon como en el oeste por la parte de atrás de la camioneta. Venían detrás de nosotros como si fuera un tiro al blanco.
Yo le hablaba... iba concentrado manejando; enderezo la camioneta y empiezo a andar de frente, ya no de retroceso.
En las primeras de cambio, yo pensé que ella se había escondido en el cojín, ahora sé que ya en ese momento le había alcanzado la bala y simplemente el cuerpo se había resbalado.
Pensé que ella se había encogido o tirado para protegerse, debido a que estaba asustada por los mismos disparos. Yo le empiezo a hablar: “¡Karen, Karen, Karen!”, y la empiezo a mover y no reacciona.
De hecho, yo hasta me pasé de la entrada de mi casa, porque solo venía manejando y estaba pendiente de ella, de que me respondiera, de voltearla.
En el momento en que estoy entre manejando y moviéndola con la otra mano, me doy cuenta de que efectivamente había sangre y es cuando decido orillarme, sin importar que vinieran disparos atrás.
Me estaciono así, a los golpes, bajo el vidrio y le grito a un motorizado (funcionario), que estaba al otro lado de la calle, que qué hacía, que por qué me estaban disparando, que yo no estaba haciendo nada, que si estaban locos.
En ese momento, y ahí me di cuenta de lo descontrolado del asunto, la misma camioneta que se me atravesó a mí, atropelló al funcionario que estaba en la moto.
Para mí fue una gran impresión porque yo hablaba con él (el motorizado), de un extremo a otro de la calle, y le decía: ‘Mira, estás loco, ¿qué pasó?’, y fue cuando la misma camioneta de ellos lo impactó. Todo pasaba en cuestión de segundos.
En el primer momento, cuando atropellan al motorizado, yo me bajo de la camioneta, me identifico inmediatamente como hijo del cónsul y no les importó, él siguió con los insultos, siguió empujándome, pero eso fue lo de menos... yo lo único que quería era que ayudaran a mi hermana.

Después de todo este desastre se baja uno de los funcionarios, estoy un 90% seguro que fue el que se me atravesó en los primeros momentos, y me grita que por qué no me paré , me empuja y le contesto. Me dijo que me callara porque sino me va a dar un golpe en la cara — obviamente con palabras más coloquiales—. Simplemente volteé, lo dejé hablando solo, y empecé a gritar: ‘¡Mi hermana, mi hermana!’.
Abrí su puerta (de la Trail Blazer) y la intenté sacar, me pesaba un mundo, de hecho todavía me duelen los brazos, quizás del esfuerzo que hice por sacarla, y todos ellos (los funcionarios) mirándome y nadie me ayudaba.
Hasta que finalmente yo la saco entre cargada y arrastrada y le pegó un grito a uno de ellos que estaba muy cerca de mí y le digo: ‘¡Por favor, ayúdame, no estás viendo todo lo que está pasando?’.
Un solo funcionario se digna a ayudarme. Yo la meto (a Karen) en la parte de atrás de la camioneta (patrulla), pero quedan sus pies afuera y no podían cerrar la puerta; tuve que bajarme, dar la vuelta y jalarla por el otro lado para que su cuerpo entrara y poder cerrar la puerta. Ahí es cuando arrancan.
Yo quedé en medio de la calle y empecé a llamar a todo el mundo para contar lo que había pasado. Simplemente agarré sus cosas, cerré la camioneta y desde la calle empecé a llamar y luego me fui.
En ese momento comenzó para mí otra dimensión, en la que mi hermanita ya no se encuentra y es difícil vivir así.
Lo más irónico del caso es que teníamos cerca un sinnúmero de hospitales: la Paraíso, el Clínico, el Militar, el Adolfo Pons, y ellos decidieron llevarle a la de ‘5 de Julio’ con ‘Dr. Portillo’.
Pero hasta en eso fueron pocos delicados, pues pese a que se dieron cuenta que metieron la pata, al menos todos tenían que brincar a intentar hacer algo, pero no lo hicieron, me dejaron solo ahí.
Es mentira que al lugar (del tiroteo) llegaron abogados y se llevaron las evidencias, como quieren hacer creer. Nosotros somos una familia unida, muy trabajadora, muy íntegra, no lo digo yo, todo el mundo lo sabe y estamos abiertos a lo que quieran indagar las autoridades.
Quiero agradecer a la gente que en ese momento salió de sus casas, algunos me llamaron por mi nombre, y no les presté atención por la situación, pero pienso que si ellos no hubiesen salido o hubiesen estado allí observando, las cosas se hubiesen complicado un poco más.
Karen era como la cúspide de una pirámide, la mejor parte de cada uno de nosotros salió concentrada en ella. Era una niña que le esperaba mucho éxito y se vio truncado por estos delincuentes con armamento y placas”.
Con información del Diario Panorama/ Neiro Palmar.